"A lo largo de la guerra de España, el stalinismo contó con la ayuda no sólo de un soberbio sistema de relaciones públicas, sino de la ingenuidad, la credulidad y también, puede afirmarse, de la mendacidad y la corrupción de los intelectuales occidentales, y sobre todo por su disposición a ignorar lo que W. H. Auden denominó <<el crimen necesario>>. Cuando Orwell escapó y trató de publicar un relato del escándalo del POUM y <<destapar la olla española>>, en el New Statesman, su director, Kingsley Martin, rechazó el material con el argumento de que perjudicaría el apoyo de Occidente a la causa republicana; más tarde alegó que Negrín habría roto con los comunistas a causa del problema del POUM si Occidente se hubiese mostrado dispuesto a suministrarle armas. Pero cuando la denuncia de Orwell apareció en el New English Weekly, no llamó demasiado la atención . Los intelectuales de izquierda no deseaban conocer la verdad objetiva, no deseaban ver destruidas sus ilusiones. Los aturdía el esplendor y el entusiasmo de la causa y pocos tenían la firme voluntad de Orwell para afirmar normas absolutas de moral, o la experiencia de los horrores que sobrevenían cuando las normas relativas ocupaban su lugar".
Paul Johnson - Tiempos modernos
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