lunes, 23 de octubre de 2017

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"La presentación de Manuel Azaña como el símbolo de la <<República democrática>> es una de las grandes equivocaciones , supercherías y falsedades de la historiografía española contemporánea. La verdad es que Azaña nunca pensó en practicar la democracia, sino que siempre insistió en una <<hiperlegitimidad>> de las izquierdas a la hora de controlar la República, fueran cuales fuesen los resultados electorales. Insistía en la vuelta a la época de las maniobras alegales y, sobre todo, de los pronunciamientos, cuando el Gobierno solo podía cambiar de manos a través del insurreccionalismo típico de las izquierdas españolas decimonónicas. Pero en el siglo XX, con la plena movilización, no se trataría de un pronunciamiento, sino de una guerra civil".

Stanley G. Payne - En defensa de España

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