martes, 25 de julio de 2017

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"Bajo el nivel visible y actual de la Europa contemporánea, se dibuja en profundidad la base hundida, pero presente, de una romanidad convertida merced al otium, entendido no como inercia física y ociosidad, sino como unas vacaciones ocupadas, si no en las obras del espíritu y en la vida civilizada por las artes, al menos en tomar distancia y descansar. Es en el apartamiento del otium cuando se percibe en lugar de entrever, se busca en lugar de repetir, cuando se contempla en lugar de agitarse, cuando se reconoce lo que el polvo de la impaciencia, los espejeos de las prisas y el peso del esfuerzo precipitado robaban a la mirada, aunque sea simplemente el hecho de estar uno consigo mismo, con los suyos, con los amigos, en el instante disfrutado por sí mismo. Este descanso en el que la vista se posa en las cosas y en los seres, y que descubre lo cercano y el horizonte, siempre ha atemorizado a los tiranos, a los esclavos voluntarios, a los bárbaros. Éstos parece que no son menos numerosos hoy que en otro tiempo, pese a nuestros formidables avances científicos y técnicos y a la casi desaparición de la esclavitud involuntaria".

Marc Fumaroli - París - Nueva York - París

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